miércoles, 22 de abril de 2015

Y Luis Enrique consumó el CAMBIO DE CICLO

Muchísimo hace que no escribo y motivos ha habido en abundancia para hacerlo, no obstante, trataré de sintetizar las más importantes en esta entrada. Y lo escribo hoy, antes que tenga lugar el reparto de títulos, para guiarme sólo por sensaciones en el verde y no por la frialdad estadística. A ver qué os parece.

Ahora sí que sí, ya ha ocurrido, ya ha llegado, el F.C. Barcelona ha cambiado el tercio, ha llegado el verdadero cambio de ciclo. Hemos evolucionado desde el Barça de los centrocampistas al Barça de los delanteros, y las razones que lo han hecho posible son:

- La asignación de Luis Enrique Martínez como técnico del primer equipo, al cual, pese a algún momento de crisis (especialmente tras la derrota en Anoeta) sí que se le ha permitido este pequeño viraje adaptativo. Cuando Martino lo intentó, tuvo que dar marcha atrás de forma fulminante.
- La edad del gran Xavi Hernández, del que muchos deseamos no se marche jamás.
- La venta de los que estaban llamados a a ser sus elementos transicionales, guardianes del fútbol de posición, Thiago Alcántara y Cesc Fàbregas.
- La compra de Luis Suárez, un delantero centro de primer nivel mundial, con unas características que aconsejan mirar hacia otros métodos de golear y no al estilo único.

Desde la última temporada de Guardiola y con más fuerza aun tras su marcha, he venido demanando una renovación del fútbol de posición y la búsqueda de alternativas al estilo más exitoso de la historia del club.
Bien, muchos batacazos después, aquí lo tenemos, está por ver si se conseguirán o no títulos, pero ahora nos encontramos ante un Barça menos previsible, menos analizable y que te puede armar un quilombo de muchas maneras.

He de decir que el técnico asturiano muchas veces ha confundido el uso de la alternativa vertical con un descontrol absoluto del centro del campo por su abuso y el empleo de equipos demasiado largos. El fútbol de posición debe ser base innegociable del juego del equipo, pero usando también otras armas que, con la confección de esta plantilla y la tripleta atacante, son letales.

En el haber de Luis Enrique pues, anoto esa alternativa vertical al fútbol de posición, con el uso de un contraataque poco menos que mortal, pero además:
- La recuperación, en momentos brillante, de la presión alta.
- El trabajo del balón parado, tanto en ataque como en defensa.
- Una gran preparación física, que acompañada de la gestión de las (criticadas) rotaciones ha llevado al equipo a estar a buen nivel en fases críticas de la competición (veremos qué tal se da la última) y a padecer un número bajísimo de jugadores lesionados por temas musculares.
- La vuelta al profesionalismo de Piqué y la recuperación de Busquets.
- El simple hecho de volver a sacar, con libertad, a Messi a la banda para encajar a Suárez.
- Y todo ello en un año complícadisimo en lo institucional, con presidente no electo e imputado obligado a convocar elecciones, el manido caso Neymar, el anuncio definitivo del banner FIFA, la dimisión del director deportivo y alguna que otra rebelión disciplinaria de las más brillantes estrellas.

Y en el debe, recalco esas ráfagas alarmantes de pérdida del control, junto con cierta irregularidad en el juego (se puede decir que no hemos disfrutado de partidos completos a un alto nivel pero si de franjas de juego excelente). Y quizás, por añadir algo, la gestión de la evolución de Munir, hoy en riesgo altísimo de convertirse en caso similar a los Bojan, Gio, Nano y compañía.

A día de hoy esto ha llevado a ser líder en la Liga, finalista de Copa y semifinalista de Champions. Quedará en palabras vanas si no se consigue ningún título, provocando una crisis sin paliativos que terminará en las elecciones. O quedará en elogios desmesurados si se consigue alguno de los dos títulos importantes, que espero que el señor Bartomeu no confunda con alabanzas a su gestión y se vea tentado a posponer los comicios (esta sospecha aun aflige el corazón de más de un barcelonista)

Un saludo, prometo intentar escribir pronto.